Quienes somos

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A mediados del año 2006 nace ARTESA, como resultado de la aprobación de un proyecto presentado al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través del Plan Manos a la Obra, sumado  a un aporte familiar que permitió la adquisición de las primeras maquinarias y de la remodelación del actual lugar de fabricación.

Comenzamos con la elaboración de cinco de los actuales productos, y los resultados no se hicieron esperar: la aceptación fue inmediata, las reposiciones continuas y ascendentes, y la demanda de nuevas variedades era evidente.

Desde el comienzo nos aferramos a la idea de elaborar productos de “Alta Calidad”, no escatimando en la inversión en primeras marcas de insumos y proveedores. El fruto de este trabajo dio nacimiento a los productos que hoy podemos ofrecerles, algunos de los cuales son sabores inéditos en el mercado.

Poco a poco fuimos creciendo impulsados por la demanda, y animados por los nuevos desafíos que se nos presentaban. En esta breve trayectoria hemos ampliado el lugar de elaboración, hemos mejorado las primeras maquinarias y adquirido algunas nuevas; y actualmente se encuentra en remodelación un nuevo sector para la elaboración de productos dulces.

Todo esto ha sido posible mediante aportes familiares al negocio, y mediante la adquisición de créditos a tasa subsidiada como el FoMICRO y el FONAPyME.

Una cosa hemos aprendido: No es tan importante la meta en sí misma, sino más el bien el proceso por el que se atraviesa para alcanzarla. No somos las mismas personas que éramos cuando comenzamos: somos personas moldeadas por el camino, pulidas por los desafíos presentados y enriquecidas por las virtudes que han tenido que aflorar en nosotros.

 


¿Por qué “Propiedad del Reino de los Cielos”?

Porque entendemos que ARTESA no fue fruto de nuestro ingenio o nuestra voluntad. Estamos convencidos que ARTESA nació en el corazón de Dios, y por puro afecto de Él es que nos escogió para llevar adelante esta desafiante tarea.

Creemos por lo tanto que todos los méritos son de Él, para la exaltación de su Gloria y la demostración de su gran amor y poder.  Sabemos que sin Él nada podemos hacer, y es nuestro deseo obrar conforme a su voluntad, deseando ser fieles administradores de lo que pertenece a la “propiedad de su Reino”.

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¡Y nos entusiasma saber que esto recién empieza!

¡Gracias por tomarte el tiempo de compartir nuestra historia y ser parte de ella!